MARILÚ GARCÍA

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julio 10, 2018

El Cuerpo de la Mentira Estamos jugando un juego que no queríamos jugar: El juego politequero –utilizo la palabra precisa y la sonrisa perfecta- una partida que incluye, según mi visión, una estructura en donde casi todos pierden menos ellos: los políticos. Entre esos juegos he logrado desmenuzar algunas características: la táctica del terror, la descalificación hacia el pasado y la mentira fresca. Confieso que -cual coneja- he caído en todos. Hoy me voy a detener sobre lo que hemos llamado censura, en realidad, no es una censura, es simplemente una “ayudaíta”, un favor que nos hacen para contrarrestar “la guerra de cuarta generación”, liderizada, principalmente, por los medios de Ultra Derecha. Es decir, como los medios se han convertido en grandes potencias, la benevolencia del gobierno desea evitarnos que seamos engañados por las grandes transnacionales de la comunicación. Por esa razón, el gobierno se convirtió en los “súper manes” mediáticos –más rápidos en contar mentiras

El Cuerpo.

julio 07, 2018

Podemos distinguir entre el cuerpo del periódico y un vino con cuerpo... he pasado toda mi vida trabajando con mi cuerpo físico. El que me lleva y me trae. Él me danza, me eleva, me sostiene y me detiene también. Cuando me subí al cuarto piso de la vida entendí las dimensiones de lo que llamamos cansancio, lesiones, obstáculos y restricciones del cuerpo. Comencemos por refugiarnos en el amor. Otra palabra favorita... como siempre digo las palabras saben, saben de sabor... la palabra cuerpo sabe a sexo, a montaña, a playa y a tomate fresco cosechado en el huertito del balcón! El cuerpo habla, pero no habla solo... dice exactamente lo que quiere decir. La mayoría nos hemos hecho sordos a los mensajes, creyendo que el lenguaje del cuerpo está destinado únicamente al flirteo, a la danza y al teatro corporal. La vida nos lleva de un cuerpo a otro, como si pudiésemos tener varias vidas en una sola... vivimos en automático, en sincrónico, en sinfónico, en egoíco... y no se nos ocu

diciembre 18, 2010

Mientras visitaba el “Monte de Los Olivos”, allí donde Jesús hizo su lugar de encuentro con los apóstoles, quise comprarme un pañuelo y me separé momentáneamente de la Compañía Danzahoy con la que tenía funciones en la ciudad de Tel Aviv. Allí escogía mi “pañoleta-turbantoide”, y mientras me lo colocaba en la cabeza a la usanza hebrea, llegó una comitiva árabe… caballos, camellos y muchos turbantes brillantes. El vendedor se asustó – bebakasha- dijo mientras se metía en la tienda. Lo detuve… -¿qué pasa?, pregunté. –Es el Sultán Sababa- El Sultán bajose de su caballo y preguntó-me- por mi dueño. El vendedor logró traducirme a lo que respondí, por supuesto, que nadie era mi dueño… el Sultán me miró con sus grandes ojos azules y me dijo –Entonces, eres libre- todo esto en inglés arábico… Muy orgullosa respondí – I`m Free- terminando de pronunciar estas palabras con mi maravilloso inglés venezolano, cuando cuatro turbantes con cuerpo me agarraron y me montaron en un camello…